Gracias a quien inventó el pincel, el estropajo de acero, los guantes de goma y la espátula. Gracias a las herramientas humildes, de mantenimiento cero, que no piden mas que disolvente a cambio de proteger nuestras manos y ofrecer sus múltiples funciones.
Así quedaron, agotadas, mas o menos como nosotros. Pero seguimos.
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Justo homenaje.
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