Adoro encontrar nuevos usos a herramientas con las que convivo.
En este caso, la máquina de cortar patrones ha perforado huecos en cartulinas brillantes. Una vez preparadas, han sido grapadas y apiladas en torre de más a menos. Después rellenadas con hilos de luz y decoradas con unas pocas bolas en oro.
Ahora, árbol y reno, ambientan la recepción sobre una alfombra de césped artificial.
Coste mínimo. Integración de herramientas y perversión de usos.
Solo hay que abrir el foco, creer en que aquello que nos rodea puede producir belleza. Y hacerlo.
Simplemente.
Esa vena tuya nórdica con toque parisino es puro arrebato ¿o qué?
ResponderEliminarPura destilación de tantas cosas...
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