La tarea de la manta interminable me acompañó durante muchas tardes aquél otoño e invierno extraños, donde tantas cosas ocurrieron.
La manta interminable, me acompañó cuando tan solo tejer me reconciliaba con el mundo.
Una vez mas tejer y vivir se tornan acciones tan parejas que me asombra.
Vuelta a vuelta, revisar, encontrar errores, arreglar, con paciencia, los pequeños, los grandes fallos.
Encontrar la herramienta, el recurso mas útil.
Buscar la tensión adecuada y no cambiar el paso,
decidido el objetivo.
Y una vez terminada esa labor, buscar otra que te ilusione de nuevo.
Tejer y vivir a veces se resumen con las mismas expresines...
ResponderEliminar