Una vez mas, aquella noche despertó de madrugada.
Contra todo pronóstico, su mente no se precipitó en los pequeños abismos de conjeturas y preocupaciones que últimamente le asaltaban al desvelarse, como un antifaz de insidiosos ruidos nocturnos.
Por el contrario. Esta madrugada se dedicó, de forma consciente, a escuchar el silencio.
Como en un estuche de terciopelo, el aire le devolvió los ecos de las respiraciones de los suyos. Él junto a ella. Su perro enroscado a los pies de la cama.
No sabía muy bien porqué, pero aquella noche el silencio se oía mas que nunca. Quizá porque su mente estaba en paz. Quizá porque, de manera consciente, se impidió a sí misma buscar los mil nudos de incertidumbre que la noche recoge para nosotros y así impedir el descanso y el olvido.
Se dedicó a sentir el silencio.
Se recreó en ese vacío cósmico que es como el lenguaje de las estrellas. A sentirse tan poca cosa que para qué preocuparse.
Al poco rato, se había dormido.
Al despertarse, tan solo recordó el silencio de las estrellas.
"Serendipia: (s.) es descubrir algo bueno sin buscarlo". ¿Cómo se llama cuando lo bueno te encuentra a ti?
ResponderEliminarGracias por tu blog, llevo un tiempo siguiéndolo y a pesar de ello sigue siendo extraordinario. :)
En cuanto a esta entrada, creo que no todo lo que duele, vale; pero todo lo que vale, alguna vez tiene que doler. Incluso el silencio que sentimos.
Por cierto, no me he presentado: me llamo Iñigo Montoya, y no me queda nadie a quien vengar...
PD1.- Encuentro cierto parecido entre está entrada y algo que escribí en mi blog. No me entiendas mal, se trata de "términos coincidentes", lo que yo escribo no tiene nada que ver.
PD2.-Te ruego aceptes mis disculpas.
Atentamente.
A.
Hola Iñigo Montoya o Lupo Alberto o, escuetamente, A.
ResponderEliminarPrimero, gracias por tus palabras y tu atención. Segundo, porqué disculpas? Y tercero, cómo acceder a tu blog para poder contrastar esos "términos coincidentes" de los que hablas aunque lo que tu escribes no tenga nada que ver?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLas disculpas eran por el retraso en contestarte; me gusta pedir disculpas por adelantado porque pedir “perdón" resulta muy clerical y solicitar “permiso" por adelantado se me antoja muy burocrático. He subsistido más de ocho lustros gracias a la indulgencia ajena. Modestia a parte, me he convertido en un experto. :)
ResponderEliminarTe daría encantando la dirección de mi blog pero mi pundonor me lo impide, escribo insufriblemente peor que tú y mi malogrado ego ya no soporta más criticas despiadadas (al la par que justas). Además, como decía Cervantes en El Quijote: “El pudor es un encanto que duplica los encantos de la hermosura”
Confío en que no te molestes, si te causa mucha curiosidad (que no la merece), puedes obtener cuantiosa información sobre mi con solo apretar un par de teclas. Lucas 8:17 ...Y tranquila, si alguna vez nos ponemos de acuerdo, no sufras, será por algún malentendido. :)
Ahora te dejo antes de que los esbirros del príncipe Humperdinck, la famosa Brigada Brutal, vengan a buscarme. ;)
⌘Q
A.
De acuerdo, acepto el pundonor, no así el pudor que considero injustificado en alguien que publica un blog. Pero añado, muy seriamente, nuevo amigo, que el ego ese del que hablas es algo a dejar atrás. No sabes lo bien que sienta...
ResponderEliminarAh... veo que, entonces, ya conoces mi blog. :) De todas formas, a pesar de las apariencias, yo sigo siendo mocito de ego prominente, tiene sus ventajas en los días de mucho viento.
ResponderEliminarNo, no conozco tu blog. Desisto si es tu deseo.
ResponderEliminarEn cuanto al ego prominente... bien, si eres de los de resistir embites. Personalmente, prefiero la flexibilidad del junco.