Sin darme cuenta, me veo entrando en el mes de diciembre con la misma reticencia de todos los años desde hace muchos años.
Un cierto rictus de desaprobación y distancia me nace en el rostro y miro con desinterés y apatía los preparativos, listas de compras y trabajos navideños de aquí y allá.
Pero este año no quiero ser la que se aparta. Quiero tener en la familia un tiempo especial. Llámalo Navidad, llámalo equis.
Si a ellos les hace ilusión, a mi también.
Decoraremos la casa de una forma algo bohemia. Con cosas que ya teníamos pero mezcladas de otra manera.
Cocinaremos un crumble de manzana y crema de calabaza. Y pintaremos en la pizarra un diciembre con mucho espumillón de tiza.
Tibet está totalmente de acuerdo.
Este año no quiero ser Mr. Scrooge.
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ResponderEliminarCon los espíritus no tuvo más trato, pero sí mucho con los hombres. Se cuidaba de sus amigos y de su familia, y durante el año no hacia más que disponerse para celebrar la Navidad, en lo que nadie le ganaba. Todo el mundo le hacia esta justicia.
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Cuento de Navidad de Charles Dickens.
Disculpa por comentar tanto. No me explico porque soy el único que comenta... es un blog estupendo.
Una vez mas, encuentro injustificada la petición de disculpas pero, en fin, disculpado.
ResponderEliminarEn cuanto a los no comentarios, y según tengo entendido, hay dos causas, una, hay a quienes, técnicamente les es imposible publicar un comentario en mi blog. No se porqué.
La segunda razón, bastante inexplicable para mi, es porque les "da miedo".
En cualquier caso, agradezco tus comentarios. Un blog no comentado es un blog...bastante mortecino.
Esta entrada es luminosa, rutilante y alegre; he tenido que ponerme las gafas de sol. Pero sobre todo... me han entrado unas ganas enormes de vivir la Navidad con Ilusión y Magia.
ResponderEliminarGracias por contagiarme este virus, Serendipia -que de pequeña tienes poco-.
Una miedosa atrevida.