Cine de reestreno

Como en los viejos tiempos, pasamos la tarde del sábado en un cine de reestreno.
Cuántas cosas lejanas hay en esta simple actividad. Cuántas quedan atrás y, sin embargo, hay mas como nosotros. La sala que anticipábamos vacía se llena de gente. Se alarga en profundidad sorprendente. Y queda lejos de esos espacios de multicine que mas bien parecen cuartos de estar...

Entre el público, abundancia de cabezas canas, calvas incipientes o consolidadas, permanentes trasnochadas, señoras con cuerpo de merienda y gafas de intelectual (antecesores involuntarios de  gafapastas y nerds). Hay sonido de encuentros, ruido de multitud, ningún olor de palomitas ni chasquidos de latas, aquí no hay bar. Aquí se viene a ver películas.

Adelante Gentes del D'or, quienes quiera que seáis quienes os atrevéis a desafiar este tiempo vandálico de piratas consumados y consentidos. Los que aún viajamos en el tiempo y disfrutamos del sonido de un proyector llenando de polvo de cine el haz de luz, como un ojo que arroja sueños y pesadillas, os saludamos agradecidos.


1 comentario:

  1. lástima que el respaldo se me ubicase a mitad de los riñones, a leguas de los hombros, a años luz de la nuca: joé

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