Atrás quedó aquél verano,
desconocido y por vivir, porque vivimos otro.
Blanco, remoto,
mecido por otro viento que no escucho
porque no estuvimos allí.
Ahora puedo verlo
en las fotografías que ella hizo por mí.
De una playa
que podría ser cualquiera
y cuyas olas continúan abandonando
tesoros en la arena.
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