Absténganse los impacientes, los amantes de las películas de acción, de lo amable y del cine de evasión (en el sentido mas mísero de la palabra)... Absténganse, me temo, hombres en general, salvo que tengan un marcado lado femenino (en el mejor sentido de la palabra).
Esta es la historia de una historia que ocurrió. El relato de la trayectoria vital de Janet Frame, escritora y poetisa neozelandesa.
Que existió en realidad, lo supe luego. Que representa la vida de muchos artistas que desarrollan su arte en la marginalidad, lo reconocí desde el principio.
Kerry Fox da vida a un ser que bien podría no pertenecer a este mundo. Con su indómito cabello rojo, su timidez angustiosa y su pasión por la palabra escrita y por escribirla ella misma convierte su vida como escritora en un incansable y único gesto posible de supervivencia.
Lo tiene todo en contra y, sin embargo, consigue encontrar la belleza. En la soledad, la incomprensión incluso la amenaza de una esquizofrenia que resultó ser inexistente.
Pero, además de la extraordinaria fuerza de la protagonista, persiste, como un aroma constante, la labor de la directora: Jane Campion que ya me tenía conquistada con su magistral "El piano", película siguiente a esta de la que hablo.
No nos ahorra momentos tristes, incómodos, insoportables, pero nos regala escenas preciosas donde una belleza original parece ahogar el resto. No solo las situaciones mágicas, inolvidables, sino las escenografías en la desolada costa neozelandesa. Bella, indómita. Y un color como recién creado. Como si aún a los humanos no les hubiera dado tiempo a desgastarlo.
Es una historia larga. Incómoda y estremecedora en ocasiones, pero valiosa por distinta, hermosa y reveladora.
Siguiente paso, encontrar y leer a Janet. Os contaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario