No sé cómo, ni si son ciertos,
el caso es que acumulo datos tales como que la jacaranda viene de México o que alguna
variedad de suculenta puede vivir más de cien años. Seguramente mezclo cosas
leídas e imaginadas, podría ser.
Lo que sí puedo constatar es
que el contacto con lo vegetal me complace y me inspira.
Por eso he decidido, sin base
académica o científica alguna, iniciar mi propio compendio de Botánica. Sin
miedo a la idea de su magnitud, amplia o exigua, presente o futura, sin presión
por el resultado o su calidad como objeto de estudio.
El esquema del proyecto es
simple: Búsqueda y recogida de especímenes, catalogación, testimonio gráfico y
publicación. Con el único órden que procure su hallazgo. (Lo cual va a depender
de mis paseos, excursiones, y de los lugares que mi colega, el sabueso Tibet,
tenga a bien olisquear para que yo pueda detenerme).
Material necesario:
Tijeras, caja para la
recolección, mochila o cesto de porteo, cámara de fotos.
Material adicional:
Diccionario de sinónimos y
diccionario castellano/latín.