Ponte un diez


Levantarte, buenos días un beso, acariciar a tu perro, regar las plantas antes de que la gente salga y pase por debajo de las ventanas, poner al fuego la cafetera, "estirar" un poco la casa, meditación, trabajo, dinamizar lo llamo, me gusta verlo así, comprar pienso (carrito porque son muchos kilos haciendo "eses" con Tibet y sus periplos olfatorios pero tú de buen humor), trabajo, comida (bueno, solo calentar), mesa bonita, platos, café, paseo, pilates y tai chi, con sensación de fluir porque estás con fuerza y te ves bien, devolver un libro en la biblioteca y te has pasado del plazo y lo dices con una sonrisa de reo humilde y pillo que reconoce y está dispuesto a esperar los días de rigor para recoger una nueva historia y la bibliotecaria te devuelve el gesto y no pasa nada, tranquila, más trabajo, porque lo de trabajar en casa tiene eso, que está ahí y coge tu forma, por eso está bien, otro paseo, esta vez muy largo, con juegos, saludos todos los que quiera, educando y divirtiéndoos juntos, casa, sofá por fín, hola!, beso, charla, hablar con ella en la distancia, sintiendo la distancia y la proximidad, leer unas páginas, dormir.

Hace poco alguien dijo que había que escribir listas de lo que hacíamos, no de lo que nos faltaba por hacer. Si lo miras así, la enormidad de lo realizado crece como una montaña. Son muchas las cosas que haces. Te sientes un poco héroe.

Así pues, y tras el día de ayer, he decidido ponerme un diez.

2 comentarios: