Estoy invisible

No te pasa que a veces te miras hacia adentro y no estás?
Que te buscas y no te encuentras?

Esa tarde me preguntaste "¿qué tal?"
Y yo miré hacia adentro
con esos ojos que los demás no ven...
Porque tenemos dos pares: Los que se ven
y los que no
que son los que nos miran por dentro.

Me busqué, -te decía-
y no encontré nada.
Quizá me había ido.
Pero como no me había dicho a dónde
no supe dónde encontrarme.

Ahora me estoy esperando.
A ver si vuelvo.

Porque si no vuelvo a ocupar mi interior
no sabré a quién mirar 
con los ojos de dentro
ni a quién preguntar cómo estoy...

Así que no sé cómo estoy
porque no sé a dónde me he ido.

3 comentarios:

  1. [...]
    14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.

    16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.

    Eclesiastés 2:14/16
    [...]

    La gran pregunta es: ahora que tienes el superpoder de la invisibilidad ¿lo usarás para el bien o para el mal?

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  2. Buena elección. Aunque creo que realmente, no importa.

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