Milano. La distopía.

 Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.

 Cuando voy a ciudades como esta, a eventos como este, 
me siento inmersa en una distopía.
Es el humano en masa, en acción de industria, 
en permanente exhibición de prestigio,
imagen, actividad, presencia...

Con todos los no colores de la rutina febril.

Desaparece la escala humana.
Los edificios se vuelven complejos y amenazantes.
Gélidos como un enorme puñado de huesos descarnados
en el hielo.
 Sin embargo puedo captar la belleza periférica y soñadora 
de la herrumbre abandonada
junto a los esqueletos de los grandes árboles 
familiares de abetos nórdicos y enebros que buscan tocar el cielo.
 La infatigable naturaleza, encuentra hueco, 
a duras penas
y me acompaña silenciosa durante el camino de vuelta.
Mientras tanto,
añoro mi burbuja de las distancias cortas, la poca gente, 
el silencio.

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