Duranque aquél tiempo loco, una compañía permanente y magnífica me ocupó los pocos ratos de vacío: El libro de Donna Tartt, cuya existencia había conocido gracias a mi preciado programa "Página 2".
Ella me pareció una mujer sosegada, minuciosa y culta. Exigente y metódica en su perfecto sastre negro y bajo su melena de flequillo impecable.
El libro es hermoso, generoso, amplio en estilo, páginas, lugares y matices.
Escrito con una elegancia fuera de lo común, recrea pasajes y atmósferas que se suspenden en el tiempo; al tiempo frágiles, al tiempo eternas como las pinceladas del cuadro mencionado.
Un tesoro. Un legado.
Mi recomendación: Dedicadle tiempo y leedlo con calma y complacencia, se convertirá en una inolvidable presencia a vestro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario