NOTAS DE UN ASPIRANTE A COACH (8) "El perchero"

Vale. Sé que esto os va a parecer simple, pueril incluso. O no. 
En ocasiones los mas sencillos ejemplos pueden hacer resonar profundas implicaciones.
Salvaguardada por mi rol de aspirante y buscando construir algo de conocimiento que reafirme mis incipientes pasos, expongo lo que sigue a continuación.

Hablo de trabajo. Hablo de proyecto. Hablo de la misión de empresa.
Hablo de personas que trabajan para esa empresa.

Prácticamente en todas las ocasiones en las que he tenido ocasión de implicarme en el sector medio de una organización, me he encontrado con una realidad semejante. 
Al parecer, no doy con el lugar empresarial correspondiente al siglo que habito y a mis deseos. 
Sí encuentro, sin embargo, personas pro-activas y motivadas a la tarea y al proyecto y que no hayan eco en sus líderes o, seamos realistas, en sus jefes. (Lo de los líderes yo donde mas lo veo es en los libros y en mis apuntes de máster).

Pues bien, y voy al asunto, esas personas caminan con una percha en la mano. 
Cada una camina con su percha. 
De esa percha cuelgan, como corbatas, camisas o pañuelos, sus propias aspiraciones, sus expectativas, sus objetivos y su voluntad de compromiso con la organización a la que quieren o, mejor, querrían querer. Porque somos así. Deseamos pertenecer a algo que nos trascienda, necesitamos que las personas que nos dirigen sean referentes. Deseamos alinearnos con un proyecto. Incluso los mas individualistas desean que su tarea tenga sentido.
Así pues, colgamos de nuestra percha todos esos deseos, ideas, aportaciones y nos mostramos unos a otros esos pañuelos multicolores, esas preciosas camisas de incalculable valor.

Es la empresa quien habría de proporcionar el perchero. 
Proveer a su gente de ese lugar donde colgar sus motivaciones. 
Una espina dorsal que vertebre el proyecto común por encima de los objetivos individuales.

Solo así, cada cual podrá colgar su percha y trabajar, de una vez, con sentido.

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