Podemos estar en Vietnam, los campos de arroz describiendo líneas horizontales de agua entre brumas turquesa o esmeralda.
A lo mejor divisamos el horizonte keniata, de sabanas lisas y árboles en retorcida danza adorando con mil brazos al sol inclemente.
Miro las barcas multicolores en los canales de algún país nórdico cabeceando apacibles con sonidos de frescura.
Adivino amuletos de massai, palos anudados o plumas de ave viajando en el viento.
O navego en el espacio descubriendo constelaciones en miniatura, trozos de meteorito o concha, planetas como piedrecitas en la arena donde se proyecta mi sombra gigante.
Parece lejano, imposible, escondido, pero nada escapa nuestra mirada exploradora, el objetivo curioso.
Ahí habitan la luz y el color que adivino tras la blanca piel del invierno que comienza a morir.
Pues es que vemos desde lo que sabemos. Por eso la mal llamada "realidad" dificilmente nos pone de acuerdo a todos.
ResponderEliminarTu mirada -tus comentarios- es obstinadamente poética (aunque estoy seguro de que ves mas), ¿sabes por qué?.