"Le ballon rouge" y el París decrépito


Mi madre es La Mayor Devoradora de Películas que conozco.
Si te pilla desprevenido, su tela de araña te envuelve y te descubres transitando por un mundo en blanco y negro, que suena a Henry Mancini y habla con voz de Tennessee Williams.

Gracias a los préstamos de su vasta colección y a sus recomendaciones, tan solo en apariencia caóticas, todas sus hijas hemos adquirido un gusto apasionado por el cine en cualquiera de sus formas.

Su última sugerencia ha sido esta película artesana y simple, testimonio de un cine extinguido, cuando aún no existían los efectos especiales, las manipulaciones digitales y los ordenadores eran un sueño oscuro y temible.

Mi recomendación no requiere de muchas palabras. Cuantas menos mejor.
Solo mencionar el bello París que muestra, con heridas de guerra, con preciosas luces y sombras, el pequeño actor, de cuatro años, y el personaje protagonista, un globo rojo, cuya gestualidad comunica mucho mas que algunos rostros que hoy pueblan la pantalla...
Es única. Es una pequeña joya.
Debéis verla.

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