El que quiera verla, que no lea estas líneas. De hecho, no debería ni haber leído el título de esta entrada.
La película tenía todos los ingredientes para gustarme: Protagonista y gran parte del reparto asiático, la evolución de sus peripecias, personaje hecho a sí mismo a base de esfuerzo y talento, escenas de la china profunda, contraste de culturas, etc etc. pero no. Todo se queda a medio camino.
Si, es bonita de ver, las imágenes de la escuela donde todos parecen niños bien uniformados y admirablemente serios. La madre, envejecida y hermosa y toda la familia que vive la aventura del hijo como si fuera propia. La danza y su aprendizaje duro, de la mano de una banda sonora correcta...
Pero no llega. Falta emoción, agarre, profundidad, Historia.
No cuela que los chinos fueran tan crédulos o los estadounidenses tan libres y felices.
No hay negro total ni blanco absoluto. La vida no es así. Ya, ni el cine puede engañarnos.
En una palabra: Decepcionante.
Aunque debo decir que a mis amigas del Tai chi les ha encantado, pero es que ellas andan por los sesentaimuchos y se criaron con Doris Day.
A mi madre seguro que le parece "ni fú ni fa", "sin pena ni gloria".
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