
En Barcelona, me recibe un aire grisáceo y frío, de inminente invierno.
Mi amiga-gía, dirige mis pasos sobre un itinerario previsto.
Mientras, hablamos de muchas cosas como solo sabemos hablar las mujeres.
Mezcla de palabras, risas y no perder detalle del color local. Ese color, esa esquina,
aquél tejido, este puesto de flores, aquella puerta bajo la arcada ...
Llegamos al primer hito de mi viaje. La tienda de lanas All tou knit is love.
Una vez más, me embarga la crisis de sentirme rodeada por demasiadas posibilidades...
Por supuesto, me hago con unos cuantos ovillos de alpaca maravillosa.
Un importante descubrimiento: Hay seres de mi especie en Valencia.
Valencia Knits.
Los buscaré.

Momo es, para mí, un paisaje de belleza absoluta.
Japón se muestra sintético, en su esencial expresión y habla con voz de porcelana, seda, delicado mimbre y frágiles estampas de papel.
La mujer de mirada oblicua es la reina de esta casa de luz y transparencia. Donde huele a té y a tiempo. Es amable, sonríe y nos explica cosas bellas.
Me llevaría los farolillos, una tetera, un kimono y los cuencos artesanos. Me conformo con unos calcetines de flores pálidas.
Seguimos hablando, mientras caminamos, con palabras y en silencio.
Al final del día, algunas compras, un bello regalo y muchos descubrimientos

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