malas calles


Envueltos en nuestros confortables ghettos, llevando una vida asignada, preconcebida, apenas nos damos cuenta de qué sucede tres o cuatro calles más allá, mucho menos fuera, en otros ámbitos, en otras realidades...
Ha de llegar el ojo del artista, el atormentado, el siempre lúcido, y ser él quien nos revele nuestro entorno como un demente hormiguero visto desde fuera, como en esas imágenes, algo postizas, aunque reveladoras, de Ágora, cuando la cámara se separa del drama y la vida queda al desnudo, insignificante, hiperactiva, casual, vulnerable...

Hablo de una exposición: "Malas calles", donde sonidos o ruidos, texturas, ambiente, imágenes, películas, libros, incluso muebles que sugieren quietas habitaciones aisladas, manifiestan otras tantas realidades ajenas, dolientes, amenazantes, terribles.

Y llego a casa, queriendo compartir esta visita.

Id a verla en el IVAM, es inquietante. Nos hace pensar en el arte como una incómoda pero necesaria señal de desazón, incoherencia, de realidad paralela, de error.

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