Impermeable rosa. Botas de leopardo.


 Demasiadas veces fue y volvió el perfecto impermeable; demasiada guasa aguantaron las sufridas  hunter, que, por mi parte,  siempre encontré adecuadísimas en este entorno. Así  pues, este año, tras muchas ocasiones de maleta demasiado llena y burlones comentarios al respecto, puse el foco en el calor y el baño. Ignoré los pronósticos. Opté por camisetas sin mangas, chanclas y una bonita esterilla para la playa.

Y nos sorprendió la lluvia mas pertinaz que recuerdo. Un día tras otro, agua menuda, implacable, sin tregua.
Nos salvó el bazar chino. Impermeables de color rosa y verde y botas de leopardo.

Así vamos, ataviados como una mezcla exótica. Raras avis entre los campos de maiz y las zarzas de moras. Especímenes equivocados y pintorescos.

Lección: Nunca vayas de sobrada. Nunca des nada por sentado. Aunque lo hayas hecho una o mil veces, enfócalo como si fuera la primera vez. Ocúpate del plan, haz una lista de imprescindibles y, ni por todas las chanzas del mundo, te dejes en casa lo indispensable. Aunque no lo uses. 
El tiempo acabará dándote la razón.


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