Son dos rotuladores tus ojos
que subrayan con trazo grueso tu sonrisa
y tu resistencia y tu ira
cuando se insinúa un maltrato.
Tus ojos señalan,
como cometas,
la dirección de tu mente,
el vuelo de tu corazón.
Son dos flechas tus ojos
que llenan el aire de estrellas o abismos
y se disparan hacia fuera
o adentro,
según.
Yo he visto en ellos desierto,
hogar,
montañas
y agujeros negros.
Ternura voraz, desatada,
lejanía, ausencia incluso.
Por eso,
no bajes la mirada,
no robes a tu rostro el significado.
A tu rostro que, bello,
permanece en silencio.
Y lo que más habla de él,
aún estando,
desaparece.
(Dedicado a E., ella sabe porqué)
Precioso Ro. Me ha gustado tanto que lo voy a compartir en las redes. Un saludo.
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