La caligrafía de la Vida

Describe con voz secreta los meandros de una nuez en su cáscara
o el cerebro en su tierno estuche de hueso.

Igual late en un seísmo como
en el electro,
tachando una despedida demasiado rápida,
que corta el papel
por intensa.

Merodea, en incansable laberinto,
igual un pulgar o un índice
o el lomo de una cebra
que se agita para asustar a las moscas.

Las alas  del insecto 
que ramifican delgadas líneas como capilares
como el esqueleto de una hoja
al caer en el blando lecho
del bosque.

Escribe con apretada letra
cuando, por momentos, pensamos
que no puede ocurrir nada más.
Que se nos amontona;
que la vida es ésto:
demasiadas palabras y compleja sintaxis.

Y cuando queda lisa la raya
sobre el papel.
Hasta el siguiente seísmo.

Y es eso la vida.

La caligrafía roma
entre discursos gritones y fallidos.

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