Y un día están ahí.
Los cambios, el movimiento ascendente, la grieta.
Una conversación, por fín fácil.
El descubrimiento de lo que estaba.
El cielo azul tras las nubes.
Siempre ha estado pero lo ves por vez primera.
Sin darte cuenta, o quizá sí,
el mundo ha mudado su constitución
y los continentes y océanos han modificado
perfil y consistencia.
Un tsunami silencioso ha redibujado las playas
y, cuando te vuelves a mirar,
la pleamar reparte su calma por las orillas.
De todo eso,
aunque no lo parezca,
solo un actor es responsable.
El drama es un monólogo.
Tú hablando contigo.
Te miro, te veo,
autor de seísmos,
movilizador de tierras y mares,
los tuyos,
tu atlas interior.
Solo tú hacedor de tu mundo.
Con tu fuerza incógnita.
Que tiene el poder de cambiarlo todo.
Creo que se llaman grietas de asentamiento. Salen en casi todas las casas. Una suerte que por la tuya entre la luz.
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