Arreglarlo Todo

Dos palabras. Una aspiración. Un deseo que nos lleva de cabeza.
Paso a explorar ambos territorios: Arreglar y todo.
Abstenerse quienes no sean muy dados a sumergirse en los significados e implicaciones de aquello que decimos.

Arreglar.
Recuerdo a mi padre sentado en la mesa de la cocina, arreglando su maquinilla de afeitar, las tijeras de podar, el tostador o la radio de mamá que se caía cada dos por tres. Entonces, cuando las cosas se estropeaban, se arreglaban. Había recambios, técnicos y se hablaba de pequeñas reparaciones.
Ahora nuestras ayudas caseras, nuestros pequeños electrodomésticos, nuestras herramientas profesionales no tienen piezas, tienen hardware. Los programas que los hacen funcionar, el software,  no se estropean, quedan obsoletos.
Así pues, ahora no arreglamos; no hay recambios o sale muy caro: "Esto, para lo que le va a costar, le vale la pena comprarlo nuevo". Así pues, sustituímos.
Entonces: Qué queremos decir cuando decimos "esto tengo que arreglarlo"? Refiriéndonos, claro está, y aquí cambiamos de escenario,  a un problema, un malentendido, una relación...
Queremos decir que deseamos que sea como nosotros queremos que sea. He aquí el primer punto de discordia: Arreglar un aparato era objetivamente posible. Querías que funcionase como cuando nuevo. Que hiciera bien aquello para lo que estaba programado. 
Arreglar un malentendido o una relación es objetivamente imposible por razones obvias.

Todo.
¿Qué es todo? La globalidad de situaciones en las que nos hayamos inmersos. ¿Un todo que expresa totalidad sin fisuras, sin tiempo, sin deterioro? ¿Dónde es eso posible? ¿En qué planeta de nuestra galaxia u otras de aqui a los confines del Universo? ¿Qué es todo?

Así pues, y a lo que voy: Es un espejismo abocado indefectiblemente al fracaso intentar arreglarlo todo porque eso no es posible.
Aunque toda la bazofia "dáelcienporciendetímismo" y demás historias nos lo ponga difícil y nos haga sentir culpables y dejar tras de nosotros un vergonzoso reguero de toallas tiradas, No Es Posible Arreglarlo Todo.

Por lo tanto, para los que gustan de saberse en el camino de la mejora permanente, ahí va un hueso duro de roer: Acepta lo no perfecto. Acepta que lo perfecto es un delirio de proyección de tus propias expectativas. Acepta que no todo es ni ha de ser como a tí te vendría bien. Que hay otros criterios y muchas otras varas de medir. Que el mundo es múltiple y por eso maravilloso. Quizá en ocasiones adverso, pero siempre  maravilloso.

3 comentarios:

  1. Has desarrollado magistralmente varios conceptos que definen nuestra sociedad.

    Vivimos en las pequeñas Islas esparcidas por este inmenso Mar de Más: más rápido, más poderoso, más es siempre mejor y mejor todavía es ser más que los demás. Es triste. Solo una minoría se da cuenta lo que hemos perdido. Los demás solemos verlo demasiado tarde, cuando únicamente resta poner parches, cuando quedan recuerdos.

    Si vuelvo a vivir me gustaría disfrutar de una sencilla granja en el Valle de Lo Necesario o una adusta cabaña en la Sierra de Lo correcto... No gozan de las comodidades, la algarabía y el encanto de vivir junto al mar pero aprenderé a ser feliz sin esas cosas.

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  2. Primero, gracias, pero creo que ese "magistralmente" me va un poco grande de contorno.
    En cuanto al paisaje que propones, de acuerdo, aunque te sugiero, a cambio de "necesario" y "correcto", un "esencial" y un "auténtico".

    Y una última cosa: El mar. Creo que deberíamos dejarlo. No te parece?

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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