Una conversación en el tren


A la izquierda. Pongamos Hombre A.
Atuendo deportivo cómodo de todos los días. Rayón negro con vivo lateral reflectante. Bolso de polipiel en bandolera. Las manos, morenas y redondas, hundidas en el regazo. Un gesto de doméstico sueño.
Acierto a ver parte de la cabeza. Patillas larguísimas y, por supuesto, gomina.
Al hablar se detecta un cierto deje. Un sesgo de etnia gitana.

A la derecha. Pongamos Hombre B.
Eegante cardigan azul marino con cuello vuelto de piel. Demasiado abrigado para el calor que hace. Quizá una maleta hecha con prisa. Hablar suntuoso. Acento sudamericano. Probablemente México.

Inmediatamente lo sé: A anda escaso de medios. B parece próspero.

El diálogo se va tejiendo desde la incipiente timidez hacia nudos cada vez mas apretados. Los lugares comunes de la crisis y la corrupción los llevan de la mano a territorios confidenciales.

...gracias a dios no me falta para comer ni para tabaco...somos veinte en el trabajo y cuando llega un muchacho...cuando me falte me lleno un carro en el mercadona y a ver quien me pilla...hay que darle una oportunidad...cuando yo... los golpes que da la vida...y disfrutes sanamente, no ha pasado nada...veintitres añitos...pero si es un despreocupado...

En un momento de la conversación.
B: "al final nos espera el mismo hueco"
A: "vamos todos a la misma casa"

Yo, que voy tejiendo mi próximo jersey y miro la niebla lechosa desde la ventanilla, pienso para mí que, sin dudarlo,  prefiero la casa que el hueco.

2 comentarios:

  1. Al menos tienes suerte de toparte con personas que platican sobre sus "soluciones" más que sobre sus problemas. Supongo que será cosa mía, que me estoy haciendo viejo e intransigente pero cada vez presto más oído y desvelo a plañideros y presuntuosos con los que tengo el desatino de cruzarme.

    Y es de advertir que según pasan los días me cuesta más sosegarme, medir mis tientos, y seguir camino sin soltar dos vituperios y algún capón que en el mejor de los bretes me depare una querella civil y en otros mejor no saber.

    Resumiendo: Que vivo en un ecosistema repleto de gilipollas pretenciosos y que me tienen hasta los mismísimos.

    Y disculpe vuestra merced el desplante que poco o nada tiene que ver con el artículo, pero si no lo suelto me enveneno... en fin, ya vendrán reencarnaciones mejores.

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  2. Pues distancia, amigo Lupo, que los cretinos seguirán siéndolo y el cabreo te lo llevas tú.

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