Un cajón cada día


Entra en tu casa y abre un cajón al azar. 
Cual es su aspecto?
En mi caso me temo que, salvo que me encuentre en una de mis épocas de furia minimalista radical, presentarán un aspecto similar al de la foto.

Cuánto dicen de ti los objetos que guardas y, sobre todo, el modo en que los almacenas?
Mucho, porque los cajones hablan.
Porque también hablan las casas.

Casi siempre  el orden se parece a emprender una dieta de adelgazamiento, o desengancharte de una adicción. La noche anterior te das un atracón por lo que pueda venir y que te quiten lo bailado. Es como de golpe, como de impulso.
Pero el orden no es cada año; no es lo que se llama limpieza general. El orden es cada día, es una actitud, es una manera de vivir en casa.

A todo esto, yo le llamo orden a que las cosas estén como a mí me gusta verlas. Eso no quiere decir de mayor a menor, por orden alfabético o en minúsculas cajitas que hagan juego. Lo que quiere decir es que cuando abres un cajón, o un armario o una habitación, el color, la composición, la luz y el espacio te respondan con las palabras que tú quieres escuchar, con el silencio que te acompaña como tú quieres sentirte acompañado.

Porque yo le llamo orden a que las cosas que guardas tengan una buena razón para permanecer a tu lado. Y que esas cosas te inspiren buenas emociones y experiencias.

Así pues, me (os) propongo un reto. Algo tan sencillo como dar un paso: 
"Un cajón cada día"
No digo un armario o una estantería o una habitación. Digo un simple cajón, una simple balda, una caja.
Yo ya he hablado con mi caja de hoy.
Antes no entendía sus palabras, ahora ya sé lo que me dice: "Soy la caja de las cosas que quiero tener a mano en el dormitorio".

(Gracias a PPB que inspiró esta entrada y esta etiqueta sobre la que iré trabajando).

2 comentarios:

  1. Gracias a ti por llevarnos a ver el orden como algo cotidiano que nos libera y hace felices en vez de como la tarea de Sisifo.

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