Convertirte en vegana es un asalto (eso si, pacífico) a tu cocina.
Una nueva manera de comer, de cocinar. Nuevas recetas y nuevos ingredientes. Los estantes se llenan de granos de todo tipo, pastas y arroces integrales, salvajes o no, cereales, copos, especias y legumbres.
Hasta ahora hemos ido improvisando recipientes para todos estos nuevos habitantes, pero este batiburrillo de botes ya no se podía aguantar.
Si una, además de vegana, es coach especializada en paisajes visuales y escenarios facilitadores, tiene que hacer frente al caos de una manera radical.
Paso número uno:
Personalizar, al tiempo que unificar, los botes contenedores de los alimentos.
Para ello necesitamos:
Pintura de pizarra. Pinceles mas bien estrechos. Celo o precinto. Y un par de guantes!
Paso número dos. Instrucciones:
Seleccionar todos los botes que desees que compongan tu nueva despensa. Vacía su contenido y lávalos bien.
Una vez secos (al menos por fuera, que nos conocemos, impacientes) pega cuatro tiras de celo formando un rectángulo del tamaño de etiqueta deseado.
Después, colócate los guantes y pinta con la pintura de pizarra todas las tapas. El truco para no mancharte demasiado es pintar los bordes primero y, una vez colocada la tapa sobre un papel de periódico, rematar la parte superior.
(Puede parecer una perogrullada, pero es la típica cosa que mejor es que te la digan, créeme).
Y bueno, ahora solo queda esperar a que se sequen. En el bote de la pintura pone... ¡una semana antes de pintar!!?
No creo que pueda esperar tanto.
Aunque no creo que la impaciencia tenga demasiado que ver con el veganismo.
De momento, ya he quitado los recortes de celo.
Y así ha quedado la cosa.
La paciencia me llega hasta el día siguiente. Lleno los botes y, con una tiza, escribo el nombre del contenido.
Solo un problema "amaranto" no me cabe en la etiqueta, tendré que hacer una mas larga...
Mirad que bonitos:
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