Se despeñan sobre el río
en cascadas de verde,
en olores amarillos y blancos
jazmín, azahar, rosa, madreselva, celindo...
aromáticas llaman,
entre las callejuelas.
Ríe Granada en sus flores
enjaezada como una yegua preciosa
cuya grupa subimos hasta la Alhambra.
Y el alma se aquieta
entre soles y sombras
saboreando el silencio perfumado.
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