El amor por los amigos verdes acerca.
Una de mis compañeras de tai chi, que se ha revelado como experta jardinera, (cultiva peonias, entre otras maravillas), me ha hecho este regalo que agradezco muchísimo.
Es orégano natural, cortado este fin de semana en su huerto.
Debo secarlo a la sombra. Y, una vez perdida la humedad, conservar flores y hojitas desechando los tallos. Guardar en un bote hermético y nada más.
Desde ahora mi pasta tendrá un sabor especial. Y yo, una amiga mas.
Cada vez que huela el orégano pensaré en ella.
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