"Thaïs" Jules Massenet

Nunca había estado en la ópera.
Nunca me ha atraído demasiado, ni la he frecuentado mucho salvo por los consabidos fragmentos de recopilación de clásicos que oyes en casa desde la infancia.
Tras haber asistido a esta representación, abro un nuevo frente en mi vida. Absolutamente conversa justo desde el inicio.

Pero vayamos por partes.
Domingo 13,00 pm. Yo, en el campo, fotografiando mis trabajos de próxima temporada para handmadebyRo.com, me llama una amiga y me invita a la ópera: Última representación de Thaïs, en las Artes y las Ciencias. Palco. Cómo negarme?
"Ven arreglada", me dice... Echo mano de armarios pretéritos y agradezco a mi yo pasado haber hecho algunas buenas inversiones, unos Bally negros que siempre serán preciosos y un abrigo de seda coral que compré en París porque, según dijo una amiga, llevaba mi nombre.
Y así ataviada, con un collar de mi nueva colección, me voy a la ópera, cual emocionada cenicienta.

Allí, pues eso, mucho Calatraba, mucha gente, mucho ruido, muchas miradas...
Pero... silencio.
El escenario, oscuro, enciende, en el centro, un pequeño retablo y surge una habitación bellamente decorada cual una escena de odaliscas de Delacroix. Espejos, lámparas brillantes, diván y cojines adamascados. Y la cantante, la bella Thaïs, lanza su voz de soprano llena de matices espléndidos.
Y ya no pienso mas. Quedo prendida, si no de la historia que es bastante recurrente e increíble, de las voces, los efectos plásticos, el movimiento de la escena y el opositor protagonista que, por lo que oigo, es Plácido Domingo.
Tres actos espectaculares. Una música que se oye sin trabas en la sonoridad perfecta. Viajo a un lugar donde nunca he estado. La voz, magnífica, en directo, lanzada a unos metros de mí. Olvido el resto del mundo.
Cuando acaba, tras un ir y venir de secuencias inolvidables, despierto, como de un sueño.
Una auténtica belleza.

1 comentario:

  1. Recuerdo haber visto esta ópera en el Liceu, hace unos añitos, en versión concierto, que no es tan lucido ni tan espectacular como la versión teatralizada, pero también recuerdo haberme quedado enamorada de la parte de la soprano y de la "meditación".

    Gracias por los recuerdos

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