Armarios y almas


Dicen que para poder ordenar hay que simplificar.
Que hay que tirar aquello que ya no se usa, que lo que no has utilizado en seis meses, ya nunca mas vuelves a necesitarlo.
No guardar los recuerdos, lo que puede traerte a la memoria épocas del pasado. No almacenar cosas porque "a lo mejor algún día" vuelvas a contar con ellas.
Dicen que hay que organizar bien el espacio. Un cajón para cada cosa. Cada cosa guardada de la mejor manera, para que, al cogerla, la encuentres en su mejor estado. Clasificar, colocar por orden de necesidad, delante lo que mas usas, lo que menos, detrás. Poder, de un solo vistazo, saber qué es lo que hay.
Una luz que se enciende al abrir la puerta y todo se ilumina.

Qué bien si, de la misma forma, pudiéramos ordenar nuestra alma. Resumir. Tirar lo viejo, lo que ya no sirve, deshacernos de aquello que ya no usaremos mas. Pero sin miedo, sin apego, sin nostalgia, esa cosa que ocupa tanto espacio.
Qué bien tener una luz que todo lo ilumine, incluso lo que se esconde al fondo.

Porque si no, dónde guardaremos lo nuevo, lo que aún ha de sucedernos?

2 comentarios:

  1. Seguro que hay espacio para todo .para lo de antes y para lo que nos espera.

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  2. Sí, las almas tienen mucho más capacidad que los armarios; y sus contenidos, si se "procesan" bien, no se apolillan y nos enriquecen.

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