Una vez mas, la perversidad de pagar entrada para ver otra de las muchas formas en que se fraguó esa tremenda estafa de la que hemos sido víctimas.
Pero en este caso hay guión, hay actores, hay drama, hay tempo, hay ambiente, hay película.
Kevin Space: Comedido, distanciado, absoluto.
Paul Bettany: Tenso, elegante, eficaz.
Jeremy Irons: Poderoso, brutal, magnífico.
Stanley Tucci: Siempre en un injusto segundo plano.
Demi Moore: (...)
El resto: Excelente casting
Como se deduce de lo anterior, el trabajo de los actores me ha parecido excelente. Brillante Jeremy en faceta Scar, el taimado y viejo león, el auténtico manipulador, con todos los tics de mesa de reuniones, la falsa sonrisa mientras el puño destroza vidas y haciendas. Impresionante.
La historia dura una noche, una larga noche, donde estalla al fin toda la falsa tramoya que se perpetra en los últimos pisos de wall street. Pero me niego a volver sobre ello. Demasiado se ha dicho ya.
Una escena:
Un ascensor. A los lados, dos directivos de la compañía, en medio una mujer de la limpieza parapetada tras su carrito lleno de fregonas, mopas y multiusos.
Ellos hablan de estrategias, trampas y huídas aparentemente honrosas con los bolsillos llenos.
Ella, no dice nada. Estampada en el rostro la leve sonrisa del ser inferior que sabe que no tiene que estar ahí.
Ella, o sea, nosotros, que todavía no nos hemos enterado, que seguimos siendo buenos, que seguimos pagando por ver, una vez mas, una nueva forma de cómo nos llevaron al desastre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario