De un tiempo a esta parte, el estado que presenta mi cabeza es, mas o menos, este:
Un sin fin de trayectorias, colores, caminos y texturas fuertemente pespunteados a la bóveda de mi cerebro, como una volátil nebulosa metida a presión en un pequeño habitáculo.
Explosionando a cada segundo amenazando estallar la caja que lo aprisiona.
"Es el precio de la intensidad", me digo.
Vivir con apasionamiento aquello que nos atrapa el corazón porque es parte de nosotros mismos y viaja siendo equipaje nuestro desde hace ya tanto que no nos acordamos de cuánto llevamos a rastras esa pesada maleta, que lo es mucho, aunque no nos cueste llevarla.
De vez en cuando tengo que abrir la espita, dejar salir alguna idea, algún proyecto que alivie la presión. pero son tantos los que pugnan por largarse y ver la luz que acaba siendo tan angustioso el escape como el encierro, la labor del que libera como la del carcelero.
continuará...
Te entiendo! Yo hago cajitas en mi cerebro para los proyectos , los ordeno, los visto, los cambio. Muchos los guardo para el día de mañana, alguno lo dejo crecer y transformarse en lo previsto , otros les digo adiós;
ResponderEliminarmientras tanto ese enorme enlace de ideas continúa sin parar de crecer y transformarse.
Todo un placer, te sientes viva!