...Y Pipa no entiende nada...

La ancestral urraca vacía cajones, rescata tesoros y botines por mucho tiempo olvidados.
Ahora todo empieza a tener sentido, el afán de búsqueda, el interés por los pequeños objetos únicos o, simplemente, interesantes, abrir cajas, desempolvar humildes herencias.

Ahora todo encaja.
Y Pipa no entiende nada.
Pero me ofrece su silencioso apoyo gatuno. Ovillada o atenta, entre mis piedras de colores.

6 comentarios: