
A pesar de mi transitorio abandono, en pos de una abducción creativa, dedicada, casi por entero, a esta fiebre incipiente y demoledora del inicio de los proyectos, ahí están ellas. Con su luz interior, con su vida paralela y ensimismada.
Crecen, constantes, sus raíces entre las piedras y las conchas, en los pequeños y milagrosos escenarios de su vida in door.
En casa. Fuera de su hábitat, me regalan su soplo verde de aromas y su savia misteriosa y benéfica.

No hay comentarios:
Publicar un comentario