Sábado por la tarde. Viveros. Calor africano. Multicolor de multitud. Castellets (?). Música en directo. Megafonía constante anunciando autores firmando en tal o cual caseta, un poco corte de rollo.
En todos los sitios lo mismo: Marías, Allendes, Bartlettes, Murakamis, (ya leeré su "1Q84", cuando no lo vea repetido hasta la extenuación en los escaparates de todas las librerías), etc, poblaban todas las exposiciones, como centros comerciales. Mismas tiendas, misma oferta, mismo tedioso paisaje.
Pero hubo algún descubrimiento, estos dos extraños ejemplares que nos hemos traído a casa.
Uno él, otro yo.
Leeré ambos.
Y ya os contaré.
(Demasiado trabajo acumulado)...
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