Doctor en Alaska: El final del bucle


En los 90 éramos dinámicos, ejecutivos, imperiosos.
Por aquél entonces todo estaba a nuestro alcance y más. Sufríamos de stress, consumíamos la vida como si fuera a terminarse, conscientes, en cualquier caso, de que aún quedaba mucho por devorar.
En los 90 los tupés y las hombreras subieron. Las cinturas se estrecharon, los volúmenes volaban a nuestro alrededor.
Y todo fué para darnos importancia.
Como en un nuevo y equivocado Renacimiento, el Hombre.Máquina era el centro del Universo.

Pero había otra mirada. Marginal, poco importante. Ahí estaba.
El principio del cocoon. Recordáis ?
Volver a lo cercano, trabajar en casa, llevar ropa cómoda, relacionarse con los vecinos, en fín, esas cosas poco importantes que no aparecen en los periódicos...

Aquella serie, que para muchos de nosotros no pasó desapercibida, puso imagen y sonido a esa forma de vivir. Nos llevó, en un lento camión de reparto, a una zona aparentemente inhóspita de Alaska.
Nos cruzamos con renos tranquilos como transeúntes de una ciudad sin coches, conocimos etnias difíciles de encontrar porque no desean ser vistas, aprendimos a hablar con el bosque y
a esperar con calma lo siguiente que pudiera ocurrir.

El hombre "civilizado", acostumbrado a enfrentar la séptima avenida montado en un taxi amarillo, exhibiendo su imprescindible café de starbucks y el consabido traje de marca, aparece, por error, en una vida tan ajena que le parece haber aterrizado en otro planeta. Un lugar donde, sin darse cuenta, empieza a sentirse a gusto.
Mas persona, más él.

Y, decidme, no estamos otra vez en ese punto?

No empujados ahora por el vértigo de la hiperactividad y el yuppismo desenfrenado, sino por el desencanto total ante todo cuanto no hemos logrado, o, peor aún, de lo que sí hemos conseguido?
No está todo tan en tela de juicio, tan evidentemente fracasado, que tenemos que aprender a mirar hacia otra parte?

Y, decidme, no vuelve a estar ahí , deseable, esa forma de vivir, mas cerca de la Naturaleza, de lo que en verdad nos mueve, o de lo que en verdad somos ?

Volviendo a ver los capítulos de esta serie, apenas recordada, me asombra nuestra deriva cíclica, tan carentes de imaginación, tan poco reactivos a pesar de las amenazas, que volvemos una y otra vez a lo mismo.

Otra vez al límite, o peor.
Y otra vez sin hacer nada.

Amigos, yo me largo a Cicely, en Alaska, a pasear con los renos, a bailar como los indios y a hacer punto junto al lago los días de sol.

5 comentarios:

  1. ¡Soy fan!

    Esta serie apareció en la tele poco después de Twin Peaks, la serie de David Lynch.
    Aunque se la haya comparado en alguna ocasión con ésta (por su atmósfera ligeramente irreal, personajes extravagantes y compartir algunos escenarios) me quedo sin género de dudas con Doctor en Alaska. Su guión, filosofía de vida, humor, decadencia, música, esos personajes (Adam, Maurice, Joel...)

    ¡Soy fan!

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  2. Os espero ... hay sitio
    Enhorabuena, Ro.
    Aumentan los fans.
    Eso es bueno

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  3. El Bucolismo (el refugio-huida a una Naturaleza idealizada) ha sido y sigue siendo un lugar común del pensamiento abrumado.
    Tiene tanta historia como Occidente.
    Una recomendación pertinente: "las sociedades fracasadas" de José Antonio Marina. Para seguir en la brecha.

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