Había una vez un jersey viejo.
Dejarse caer el jersey blandamente sobre la silla
y enamorarse, fue todo uno.
Con el radiante asombro que acompaña siempre los flechazos
se dieron cuenta de que habían nacido el uno para el otro.
La verdad es que es una relación malcosida a puntadas,
en esta vida donde apenas nada dura,
(y en esta casa donde todo sufre tantas metamorfosis)
yo les doy como máximo hasta el final del invierno...
Pero cada vez que les veo juntos, en íntima mezcla, abrigándola el uno, dándole apoyo la otra, tan distintos y tan complementarios, pienso, ya en pasado,:
Fue bonito mientras duró.
Esto no es un tuneo, no al menos sólo un tuneo, es algo más...
ResponderEliminarMe encanta tu estilo ^-^