
Una vez más, a contracorriente, nos adentramos en el callado jardín mientras la ciudad trama otra fiesta, otro asalto.
Nos recibe un ejército de gatos desheredados que reviven rituales de luchas y cortejos, ajenos al mundo más allá de sus puertas verdes.
La primavera se retrasa entre los muros, a pesar de los súbitos añiles y las diligentes hortensias.
Una mano malsana se adueña de los brotes... , qué pasa este año que todo está enfermo, abandonado?
Llegará la luz púrpura a los lirios y el aroma suave de la retama y el espliego?
Volverán a merodear entre las calas del estanque las carpas de alas rojas y las impacientes ranas?
Mientras tanto, humedad, óxido y moho hacen su trabajo y embellecen superficies a su manera decrépita y casual.
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ResponderEliminarMe gustaría dormirme el dia 21 de diciembre por la noche y no volver a despertar hasta el 7 de enero por la mañana ... cada año me gustaría más, pero cada año parece que tendría que adelantar la fecha, porque cada año parece que empieza antes.
ResponderEliminarSoy un sieso y un sompo, pero cada uno es como puede ser, que es una mezcla de lo que es, de lo que quiere ser y de lo que le dejan ser.