Incluso para las primeras labores…

Recomiendo una buena materia prima. Porque el tricot no es, como suponen quienes no lo entienden, ponerte una prenda nueva por poco dinero, o un tránsito obligatorio para una adquisición, sino el transcurso de la labor, punto a punto, mientras enredas los dedos cada vez más hábiles en el suave estambre, el esponjoso mohair, la enigmática alpaca, el fresco algodón o la suntuosa seda…
Linos, bambú, angoras, aúnan silencioso encanto y seducción para hacernos disfrutar sin palabras de su tacto, su tono, su caída… para hacernos paladear por adelantado el momento de su abrazo.
Aún lleno de faltas, mentiras y nudos, es tu primera obra y querrás conservarlo, al menos suave, al menos en un bello color, seguro que en más de una ocasión querrás usarla, imperfecta pero tuya, tan solo para sentirte en casa.

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