El freelance nunca duerme

 El freelance no descansa. 
Y, aunque pienses que duerme, nunca deja de pensar con esa remota parte de sí.

De vez en cuando, lo has visto con la mirada perdida.
Le preguntas: "¿Qué piensas?"
Y él te responde, invariablemente, "Nada".
Miente. Pero no es culpa suya.

Es tanto lo que hay tras esa frente, entre esas dos orejas, 
que abandona antes de intentar contártelo.
No es que no vayas a entenderlo,
es que ni él mismo lo sabe.
Consciente, como nadie, de que las ideas,
en cuanto se enuncian en palabras,
dejan de ser inspiración
para convertirse en hechos.
Y, por tanto,
cosas toscas y fallidas.
 El freelance nunca está contento.
Siempre podría hacerse mejor.
Siempre se deja algo en el tintero.

Y puedes verlo rebañando el cuenco de su imaginación
a la caza de la idea que cree olvidada.
Como un pastor buscando su oveja perdida
o un perro intentando desenterrar un hueso irreemplazable.

Tan solo un nuevo proyecto,
una nueva idea,
podrá sacarlo de su ensimismamiento obsesivo
pero cambiará una obsesión por otra
y te tocará dormir de nuevo con un manojo de nervios
que se remueve, inquieto,
y necesita apuntar algo urgente a las tres de la madrugada.
 Desde aquí doy las gracias, de parte de los freelances y creativos,
a sus compañeros. 
A esos casi siempre anónimos soportes de la logística.
A los que hacen cenas y ofrecen ibuprofeno
para cuando no comerías porque necesitas, imprescindiblemente, acabar algo
o te constipas porque se te ha olvidado ponerte los calcetines
y estás, descalzo, frente al ordenador.
Acabo bien el año.
Con un proyecto que me tiene secuestrada, ansiosa, feliz.
¿Cómo es ésto posible?
Tú lo entiendes, verdad?

2 comentarios:

  1. Lo entiendo de "cabo a rabo", de principio a fin, suscribo cada palabra. Comparto inquietud y envidio profundamente el momento calcetines. Eso es un lujo, cuídalo todo. Feliz Año

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  2. Faliz año también y gracias.
    Sé que lo entiendes.
    Sé que lo compartes.

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