No se nada de ikebana, pero pienso que un material auténtico o sencillo, rotundo a su manera, la mezcla respetuosa de no demasiados ingredientes y el justo equilibrio en sus proporciones, han de dar lugar a un buen resultado.
Si esos materiales proceden de un bosque, y tienen la pátina de los años, la composición crece en belleza y puede llegar a ser, incluso, poética.
He aqui un amasijo de restos de escaparates y decoraciones de pasadas navidades.
Tomo como base los palos. Y construyo una primera estructura utilizando hilo encerado que sostiene y refuerza.
Ahora formo dos ramos distintos con los palos mas finos y dejo alguna piña prendida en los extremos.
Los uno en el centro y los ato, fuertemente, a la estructura.
En el centro, dispongo los adornos de estrellas de escarcha, las ramitas de bolas rojas y alguna piña más.
Si, ademas de la composición, el entorno es lo suficientemente despejado y permite "respirar" al objeto, el resultado es, a mi parecer, soberbio.
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