Glorioso zafarrancho

Me encanta ir a los viveros, pasear entre las muchas formas de hojas, tallos, portes y crecimientos, elegir con cuidado aquellos que mejor se adapten al microclima de mi casa, estudiar el lugar, la luz, la temperatura y adaptar así modos de vida y paisajes diminutos.
Esta vez ha sido una renovación de macetas. Al mismo tiempo he recopilado especies y familias. 
Suculentas, aromáticas, trepadoras, cactus, hiedras... y las que, por su furioso crecer, no pueden mas que vivir a solas.
Me encanta enterrar las manos en la tierra, apoyar tiernos tallos con tutores de mimbre y suspender, en alto, las ramas para que el sol abra flores en todas partes.
Después, días mas tarde, voy comprobando avances. ¿Me equivoqué? Pues rectifico. ¿Es vuestro lugar? Pues bienvenidas, amigas. 
Devolvedme el favor con vuestro abrazo verde que no me canso de mirar.


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