"Plam plam, la perra a quien todos temían"


Hoy sé que se llama Plam plam. 

Desde que tenemos a Tibet y salimos con él a pasear al cauce del río, suelo cruzar la acera para no pasar por delante de un portal determinado.

Uno de los primeros días que nos acercamos al río, un pastor alemán, grande, malencarado y vociferante, con esos ladridos que atraviesan la calle, nos salió al paso dándonos un susto de muerte.

En muchas otras ocasiones, y casi coincidiendo con nosotros, los ladridos de aquél perro nos decidían a aminorar el paso, cruzar la acera o, una vez en el río, tomar la dirección contraria.

A Tibet, que tiene un cierto recelo con pastores alemanes en general, le daba miedo el perro.
Yo, por mi parte, compadecía a esa dueña, obligada a pasear por calles donde se le hacía el vacío y a no compartir territorio ni conversaciones perrunas ni saludos caninos.

Hasta hoy.

Por fín Tibet, que desde hace unos días arrastra una indigestión, recupera la normalidad y vuelve a ser el perro juguetón y ansioso por el saludo y el olisqueo.

Pues bien, antes de que me dé cuenta veo que se acuesta expectante en el suelo, en modo "te espero para jugar", postura muy practicada últimamente por él para invitar a otros perros al lío de correas y demás. Y miro al frente y veo, con temor, que se acerca el perro vociferante.
No tengo mas remedio que esperar porque Tibet parece pegado al suelo y me llevo una enorme sorpresa cuando veo que el can se acerca ladrando pero moviendo el rabo y la dueña, tan tranquila.

Desde el principio, me doy cuenta. Plam plam ladra para que jueguen con ella. Es una perra incomprendida. Nadie se le quiere arrimar porque la temen y ella tiene que ladrar para demandar atención. Frustrada porque nadie quiere acercarse a ella.
Su ama, agradecida por la oportunidad, me cuenta todo esto mientras Tibet, fascinado por su magnífica compañera, le dedica todo su repertorio social.

No hace falta que explicite el símil con aquellos que no parecen permitir la cercanía de los demás, verdad?
Os lo ahorro, pero yo me he quedado mucho rato pensando en Plam plam y sus mal enfocadas habilidades y contraproducentes señales. A mi me suena bastante.

1 comentario: