Acción de Gracias


Prefiero decir gracias que desear cosas para el año que viene.
Prefiero pensar en lo que me dio este año y agradecerlo.
Cómo se redujo por un tiempo y creció después mi pequeña familia.
(Que cabe en la palma de la mano).
Cómo vivimos el presente haciendo cosas pequeñas y sencillas
pero importantes.
Cómo, de verdad, de verdad, deseo que todos los que leéis esto
os sintáis a salvo
y tengáis tiempo 
para una pequeña sonrisa 
como un sol amarillo.
Hagamos cosas buenas y simples...
Sinceramente.
Creo que no hace falta más.

2 comentarios:

  1. Antes de que la humanidad existiera, los duendes se reunieron para hacer una travesura.
    Uno de ellos dijo:
    —Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenémoslos de vicios y de defectos; eso los destruirá.

    El más anciano de los duendes dijo:
    —Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero sólo servirán para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que les haga vivir cada día un desafío.

    Un joven y astuto duende comentó:
    — Deberíamos quitarles algo que sea importante… pero, ¿qué?

    El viejo duende exclamó:
    —¡Ya sé! Quitémosles la llave de la felicidad.
    —¡Excelente idea! -gritaron los duendes.

    El viejo duende siguió:
    —El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.

    El primero de ellos tomó la palabra:
    —Escondámosla al fondo del mar.
    —No, recuerda que tienen curiosidad; algún día, construirán un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán fácilmente.
    —Escondámosla en otro planeta…

    A lo cual los otros dijeron:
    —No, recuerda su inteligencia, un día construirán una nave en la que puedan viajar a otros planetas y entonces la descubrirán.

    Un duende viejo, que había permanecido en silencio, escuchando las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:
    —¡Sé dónde ponerla para que no la descubran!

    Todos, asombrados, preguntaron al unísono:
    —¿Dónde?

    El duende respondió:
    —La esconderemos dentro de ellos mismos… muy, muy cerca de su corazón.

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    Veo que has encontrado la llave. Feliz Navidad. :)

    PD.- Por cierto, yo ese te ejercicio de agradecimiento lo practico el último jueves de noviembre. Una de esas costumbres yankee que merece la pena importar.

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