Un Mediodía Sin Cigarras


Me dices: "Tú simplemente siéntate y escucha". 
Y yo me siento y escucho.

Lo primero que me llega es el silencio. Un enorme silencio como un fondo de seda para los pequeños sonidos que empiezan a caer como la música extraña de una improvisada orquesta.

Diría  que son cantos de pájaros y zumbidos. Pero, si presto atención, hay mucho mas.

Un pájaro canta, casi inconscientemente. Gorjea feliz porque hace sol y está en su rama favorita. 
Ahora percibo otro trino mas apremiante, quizá de cortejo o defensa. Y mas allá el piar insistente de las crías en su nido pidiendo el almuerzo.

Al principio solo escucho zumbidos, pero al cabo de un rato puedo distinguir el volar atolondrado  de las moscas o el siempre afanoso y nada vacacional vuelo de las abejas que persiguen flores hasta caer extenuadas en sus camas de cera.

Incluso, mirando a través del sol que entrecierra mis ojos,  siento que hasta puedo oír el vuelo blanco de las mariposas entre la lavanda...


1 comentario:

  1. Nuestra lavanda!!!!!
    Nos alegra que gracias a ella te hayas inspirado tanto...
    Tus frases son una bocanada de alegría!

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