Ausencia


La peor ausencia, 
cuando aquel a quien tienes al lado no está.

Los ojos vagan, mas allá de tí, 
a un lugar llamado nada.
Lo ves ahí, cogiendo tu mano. 

Su mano  en la tuya 
fría como un pájaro delgado. 
Transmite su fragilidad venosa de pergamino. 
Pero él no está.

Nos decimos: "se trata de un estado transitorio",
(la nefasta química de un medicamento equivocado)...
Esperamos que vuelva
y el calor a su mano.

Al menos su risa escapa
de ese país extraño y oscuro de la inconsciencia.
Y en la risa encuentro sus ojos 
de agua azul.

Pero no su mirada.

Porque la auténtica presencia es la mirada.
Que te ve y te conoce.

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