Lo que aprendí sin saberlo


Él me da tregua. 
Sin yo pedirlo, casi sin yo ser consciente de ello. Sabe que la necesito.

El sabe.
Durante décadas atesora sensaciones mías, reacciones, impulsos.
Sabe de mis sistemas internos 
porque cada día, resetea, normaliza, 
apaga o reinicia, según el caso.
Él pone en mis manos un libro cómodo, leído por segunda vez, evasivo y fácil.
Me hace ver películas alimenticias que no me piden análisis, opinión.
Adormece el resto de mis funciones para focalizar la energía.

Ahora cuidaremos nuestro corazón.
Ahora seremos conscientes de nuestros nuevos retos profesionales.

Yo me oriento hacia lo obvio.
Él, en la sombra, libera su química natural,
despliega sus artes curativas
y hace labor de fondo.

Y me da tregua. 
Mi cuerpo sabio. Que aprende de mí, cada día,
 sin yo saberlo.

1 comentario:

  1. Deberíamos escucharlo con más cariño y no ignorarlo, como hacemos a veces....

    ResponderEliminar