El "hombro pagoda"

Yo, como todas, he sido muchas.

Pues bien, cuando era otra, una de tantas otras que fui, amé la Moda.
Me dediqué a ella, al estudio de su historia, a sus porqués (incluso cuando no parecía que los hubiera). Me apasionaba. Conocía al dedillo el hombro Armani, los drapeados tulipán de Gigli, el desestructuralismo de Margiella, el negro inteligente de Comme des Garçons, el insolente marinero Gaultier, el sastre impecable de Jill Sander, y tantos otros. Si bien, mi corazón, mi mas alta estima fue y será, a través de los siglos, para mi admirado Balenciaga. El Rey de la Tijera. El Maestro del Volumen.

Pasó el tiempo, entré en los backstages y conocí el impostado rostro de la nice people, el ajetreo del for ever pretty y me atraganté con la apariencia y el vacío. Aborrecí los trapos, que no las telas por cuyo tacto (si procede de tejido noble) siempre sentiré fascinación.
Me retiré de la fashion de adultos y me dediqué al diseño a ras de suelo, o sea de moda para pequeños, pero esa es otra historia. La de otra de las que también he sido.

Y bien, toda esta introducción viene a que, casualmente, en un dominical de los que se leen plácidamente un domingo por la mañana y que huelen a café y tostadas, me encontré esta joya:
Fijaos en ese hombro. Ese pegue de manga que no existe. Donde siempre ha habido una costura observamos la continuidad del tejido, preciosas rayas ininterrumpidas...
Quien conozca la materia sabrá valorar cuánta técnica hace falta para conseguir un volumen bidimensional a partir de dos planos, en ese complicado hueco que ha de permiter la movilidad del brazo. Seguramente con el recurso elegantísimo de un rombo tipo manga "kimono" bajo la sisa, en fin, un alarde de belleza y técnica, porque... Qué me decís de ese breve respingo en la punta del hombro con aroma orientalizante que evoca los aleros de una pagoda?

No sé si me comprenderéis, pero basta un hombro así para reconciliarme con un mundo que creí desechado por mí; del que llegué a pensar "un interés, un frente menos".
Pero no. Mientras haya logros como éste, la que soy ahora tendrá ojos para verlo y palabras para contarlo.

Gracias Giorgio, una vez mas.




2 comentarios:

  1. Perfecta!Hace mucho que pienso que un patronaje, y sobre todo modelaje cuidados, marcan la diferencia. Modelar con tela directamente sobre un cuerpo es a la vez ciencia y arte. Creo que es una de las principales deficiencias de la mayoría (no todos) de los "diseñadores" españoles.

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  2. Gracias Ro por compartir esta maravilla de técnica, me ha gustado mucho tu post. Te animo a que nos sigas contando próximamente más cosas sobre esta disciplina que es la moda.

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