La idea de V.E.A. nació entre nosotros, él y yo, durante nuestros muchos paseos.
Él proponía un nuevo despertar de la Caballería Templaria, una suerte de polícía de las Buenas Formas que apatrullase la ciudad y denunciase (si no castigase) esos sucesos poco cívicos y respetuosos con el ciudadano de a pie. Yo, algo menos beligerante, propuse una iniciativa mas actualizada, pero siempre atenta a los atracos al Buen Gusto que nos institigan por doquier.
Desde entonces, cuando salimos a pasear, lo hacemos con una ruta trazada, que él, también llamado "el surfero del asfalto" ha descubierto previamente. Y lo hacemos pertrechados de cámara fotográfica, un block de notas o grabadora y con el ojo avizor a cualquier desatino estético. Y este es el principio de todo.
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